Son más inteligentes. La música aumenta el coeficiente intelectual. La corteza cerebral es el manto que cubre los hemisferios cerebrales, es donde ocurre todo lo que los niños perciben, imaginan y piensan; es donde elaboran sus decisiones y tiene lugar el juicio. La corteza cerebral es más gruesa en músicos que en personas que nunca han tenido un contacto con la educación musical. Los expertos creen que cabe la posibilidad que el grosor tenga relación directa con el número de conexiones neuronales.
Memorizan mejor. Los niños que se involucran en la Formación Musical mejoran las habilidades generales de memoria que se relacionan con destrezas como alfabetismo, memoria verbal, procesamiento viso-espacial, capacidad de abstracción, matemáticas entre otras.
Tienen habilidades motrices diferentes, sobre todo aquellas que exigen mayor precisión, como tocar un instrumento musical. El cerebelo es una región del encéfalo que está involucrado con el movimiento y la coordinación. El cerebelo también crece mas en los niños que saben música que en los que nunca la han estudiado.
Mayor facilidad para aprender otros idiomas. Las conexiones neuronales surgidas durante las clases de música, preparan el cerebro de los niños para otros aspectos de la comunicación humana. Los pequeños que se integran a la Formación Musical son más exitosos a la hora de incorporar patrones del sonido para estudiar un nuevo idioma, que los que no tienen contacto con la música.
Mayor capacidad de adaptación. Los expertos aseguran que la música tonifica el cerebro, con esto tu hijo tendrá una mayor capacidad de adaptación y por lo tanto una mejor respuesta a los cambios que surjan en su vida.